lunes, 24 de marzo de 2008

De poesía y otras mentiras II

Las palabras todavía bailan en mi cabeza,
y yo ya perdí el ritmo
las palabras me controlan
Figuras se dibujan en mi cabeza
mientras intento seguir desesperadamente
lo que cuentan mis manos
O tal vez no son las manos
sino el oscuro lugar de la razón
que los mortales llamamos alma.
ni poeta vagabundo, ni poeta perdido,
mi único hogar son mis palabras,
mi única guía es mi musa
para ellas no hay distinción
las letras son mi voz,
las palabras mi canción

Pero no puedo distinguir si son mis palabras las que pintan imagenes,
o las imagenes en mi cabeza las que escriben palabras
como la luz y la sombra, eleterno dilema sin responder,
y si encontrara una respuesta dilema dejaría de ser,
porque las cosas más puras son aquellas que no tienen respuesta
pero en este mundo no hay lugar para palabras
no hay oidos que las escuchen, ni ojos que las entiendan
las letras no son bienvenidas, ni tampoco sus poetas
por eso estoy perdido
y aunque mi musa me proteja,
el destierro de la realidad se paga con un precio muy caro
desolación y soledad
venenos del alma, sabores amargos de una lenta muerte
pero es este mortal veneno que los hombres tanto temen el que los hace libres
cada paso en la desolación es un paso a la libertad

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